A fin de contribuir al análisis y puesta en marcha de estrategias en relación al cambio climático y la SAN en la región del SICA, este trabajo aborda los aspectos de consumo y utilización biológica tomando en consideración un primer análisis de perspectiva de impacto al cambio climático sobre la nutrición para el año 2100. Se brinda información sobre las sistematizaciones de las principales metodologías de origen nutricional y su aplicación en las medidas de adaptación y resiliencia, así como de monitoreo y evaluación. Se identifican las áreas primordiales para profundizar a corto plazo en los análisis y mejorar las acciones de intervención.
El objetivo de estas directrices es ayudar a los países en la integración de la biodiversidad en todas las políticas, programas y planes de acción nacionales y regionales pertinentes establecidos para hacer frente a la malnutrición en todas sus formas, y específicamente a promover los conocimientos, la conservación, el desarrollo y uso de variedades, cultivares y razas de plantas y animales utilizados como alimentos, así como especies silvestres, marginadas e infrautilizadas que contribuyen a la salud y la nutrición.
Las directrices apoyan el desarrollo de una agricultura sensible ante la cuestión de la nutrición que tenga en consideración la composición de nutrientes de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura (en particular las variedades, cultivares y razas de plantas y animales utilizados como alimentos, así como especies silvestres, marginadas e infrautilizadas) a fin de hacer frente a la malnutrición en todas sus formas.
Las directrices prestan apoyo a la elaboración de estrategias multisectoriales encaminadas a mejorar la nutrición y la seguridad alimentaria mediante la participación de actores y partes interesadas en todos los niveles, tales como responsables de la toma de decisiones, responsables de la formulación de políticas.
El objetivo de estas directrices es ayudar a los países en la integración de la biodiversidad en todas las políticas, programas y planes de acción nacionales y regionales pertinentes establecidos para hacer frente a la malnutrición en todas sus formas, y específicamente a promover los conocimientos, la conservación, el desarrollo y uso de variedades, cultivares y razas de plantas y animales utilizados como alimentos, así como especies silvestres, marginadas e infrautilizadas que contribuyen a la salud y la nutrición.
Las directrices apoyan el desarrollo de una agricultura sensible ante la cuestión de la nutrición que tenga en consideración la composición de nutrientes de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura (en particular las variedades, cultivares y razas de plantas y animales utilizados como alimentos, así como especies silvestres, marginadas e infrautilizadas) a fin de hacer frente a la malnutrición en todas sus formas.
Las directrices prestan apoyo a la elaboración de estrategias multisectoriales encaminadas a mejorar la nutrición y la seguridad alimentaria mediante la participación de actores y partes interesadas en todos los niveles, tales como responsables de la toma de decisiones, responsables de la formulación de políticas.
Este documento contiene los aportes que resultaron de un proceso inclusivo y participativo en el que múltiples partes interesadas se involucraron –incluidas instituciones académicas, nacionales y de investigación, organizaciones internacionales, ONG, la sociedad civil y el sector privado– que contribuyeron con conocimientos científicos y experiencia sobre cómo los suelos deben ser gestionados de manera sostenible y para detener la degradación.
Esta Estrategia tiene como objetivo asegurar que la implementación del Plan SAN-CELAC garantice el empoderamiento de las mujeres, para que los resultados de su aplicación alcancen por igual a mujeres y hombres. Para ello será necesario asegurar que se consideren diferenciadamente las condiciones en que afecta el hambre a ambos grupos, así como la contribución que unos y otros hacen para lograr la SAN.
El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) reconoce que para el cumplimiento de su misión debe promover la equidad de género y la integración de la juventud en los procesos de desarrollo agrícola y rural. Mejorar las condiciones de las mujeres rurales y contribuir a la eliminación de las brechas existentes se convierte entonces en un reto para el IICA, el cual se aborda mediante programas, modalidades de cooperación, instrumentos y diferentes iniciativas.
La estrategia fue elaborada por la Comisión Técnica de Enfermedades Crónicas y Cáncer (CTCC) con el apoyo técnico del INCAP, de la Secretaría Ejecutiva del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (SE-COMISCA) y la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS). Revisada por el Consejo Consultivo del INCAP y aprobada por el COMISCA en diciembre de 2018. El propósito de la estrategia es: Contribuir a reducir la prevalencia de enfermedades cardiovasculares en un 25% para 2025, al haber reducido, de forma gradual, en un 30% el consumo de sal/sodio en la población.